Luján Funes
Cristina Coll Viviana Berco
SAGRADA FAMILIA
Referente primario de nuestra identidad,
sostén y cobijo afectivo, la familia es también la escena originaria donde
cobran forma nuestras inhibiciones, nuestros miedos, nuestros odios. La familia
es un lugar ambiguo. Modelo social labrado durante siglos en Occidente, desde
la moral ejemplar de la Iglesia cristiana hasta las conveniencias pragmáticas
de las ciencias modernas, la familia se revela, para el sujeto, como la
encrucijada existencial: ¿qué hacer con lo que han hecho de mí mismo?
Si la familia es “sagrada”, el arte es una de
las potencias de profanación más intensas. Tres artistas se reúnen aquí para
desanudar una compleja trama de mandatos, fantasías, jerarquías, destinos,
sacrificios, responsabilidades, deseos, obediencias, pesadillas, redes.
Cada una, deshace a su modo un imaginario
idílico. Cristina Coll apela al doble discurso de la mascarada y la ironía. La
máscara toma de referente el estilo rococó, que proliferó adornos y ademanes para
taponar la realidad de un orden social que se estaba derrumbando. Curiosamente,
lo consideramos un arte “menor” de volados y florecillas: allí aparece la
ironía en la figura de una “familia florero”, como si solo se tratara de
acomodar macetas sobre una estantería. La acción de la palabra debe empujar la
maceta y hacerla añicos, para hacer espacio a la duda y a la pregunta auténtica,
aquella que nos acerca a nuestra propia identidad.
Viviana Berco confronta a la familia en el
abismo que se abre entre la historia y la memoria, entre los acontecimientos
vividos y la distorsión –idealizada o traumática- del recuerdo. En la
remembranza, el tiempo se espacializa. La artista contrapone el escenario
incólume de la infancia, a la casa en ruinas devorada por el tiempo sucesivo.
La memoria puede ser un vehículo o una obstrucción. ¿Qué pasaría si de pronto
todos los objetos de nuestro recuerdo cobraran cuerpo? La fotografía pretende
librarnos de eso, como una prótesis eficaz: fotografiamos para olvidar, para
seguir adelante. En un extraño exorcismo, Viviana Berco vuelve a abrir el
archivo de memorias familiares para dejar salir sus longevos fantasmas.
El sufrimiento por el desamparo, y los
rituales de cuidado, hace años conforman el mundo artístico de Luján Funes. Ahora,
la artista que es también madre de cinco hijos, se atreve a poner en escena –y
en acto- la ambigüedad del amor, la doble cara, nutricia y devoradora, del
deseo materno. En sus manos, el fieltro curativo y protector de Beuys, se
vuelve también un manto de asfixia, y las agujas de tejer labran extrañas
redes. Objetos del narcisismo de los padres, o de entregas perversas, las
cabezas de los niños claman su dolor. Sentados en una mesa donde el único
alimento es la familia misma, un mazazo final los pulveriza y quizás, también,
los libera, les da una segunda oportunidad.
Valeria González
PLAGGIOS
El verdadero artista contemporáneo es aquel capaz de apropiarse de las copias anónimas y ubicuas que circulan en la cultura de masas y devolverles su aura, en términos de restituirle un “aquí y ahora”. El arte contemporáneo: entre la profanación y la consagración 03 / 06 / 2013 - Por Valeria González
http://www.informeescaleno.com.ar/index.php?s=articulos&id=71
Cristina Coll
Plaggio 1, el rococó 2013 (El columpio 1767/
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